15 agosto 2019
Las alturas de la Cordillera del Vilcanota representan un ambiente extremo, aún para el ser humano. El granizo cae tan intensamente que los soportes de mi carpa ya no podían aguantar el peso, los cuales cedieron en siete puntos distintos. El viento sopla con tanta fuerza que quemaba las partes expuestas de mis manos, dejándolas cubiertas con ampollas. ¿Si este hábitat nos parece severo a nosotros, como es que en este lugar se pueden encontrar poblaciones de anfibios? con su tamaño diminuto y su piel, tan sensible y susceptible a la deshidratación, ¿Cómo resisten las noches que caen a temperaturas de congelación? ¿Una radiación solar intensa? ¿Un viento tan desecante?
Sólo con la desglaciación acelerada de los últimos ciento cincuenta años es que las ranas han podido colonizar las cumbres de la Cordillera del Vilcanota, que llegan hasta los 5400 m s. n. m. El cambio climático ha impulsado y acelerado los cambios de rango elevacional de unos 150 hasta 500 metros verticales, dependiente de la especie. Donde hace poco había sólo ríos de hielo, de un blanco azulado brillante, hoy en día su deshielo ha formado una red semi-continua de bofedales. Aprovechándose de este nuevo hábitat, sapos y ranas buscan refugio bajo la morrena glacial. Los anfibios ponen sus huevos en los ríos, charcos, y manantiales, y los renacuajos se abrigan entre las algas y el lodo. Más allá del nuevo hábitat, la otra oportunidad que quizá encontrarán en las abras de la montaña serán miembros de su propia especie que han migrado por la ladera opuesta de la cordillera: la descongelación está abriendo corredores naturales a través de montañas que han servido como una barrera de hielo durante unos siete mil años. La convergencia de estas circunstancias me atrajo a la Cordillera del Vilcanota para aplicar mi licenciatura en biología molecular y celular. De esta manera, estoy desarrollando estudios de doctorado en la Universidad de California, Berkeley, trabajando en la Cordillera Vilcanota en colaboración con el curador de herpetología del Museo de Biodiversidad del Perú (MUBI), Juan Carlos Chaparro Auza. Afiliados del MUBI Frank Peter Ccarhuarupay, Jared Guevara Casafranca, Michell Frank Oruri Condori, y María Isabel Diaz Huamán, quienes me apoyaron durante mis temporadas de campo en las montañas Vilcanota.
Soy investigadora especializada en la disciplina de genética de poblaciones, y la Cordillera me ofrece una oportunidad para responder una pregunta en general, ¿Cuáles son las implicancias del cambio climático sobre las poblaciones de animales silvestres?, claramente las fuerzas climáticas están afectando a los anfibios altoandinos, y su alcance es global. Los cambios en la distribución natural de las especies están avanzando en cada rincón del mundo biótico: peces, plantas, mamíferos, aves, anfibios, y es una realidad en cada continente y espacio geográfico continental. Todos estos cambios de distribución están dejando “legados invisibles”. La historia demográfica de estas expansiones o contracciones determinan la composición genética de poblaciones a través de espacio. Además, los cambios de distribución pueden influir en los patrones de dispersión de estas especies—cuales poblaciones intercambian material genético a través de emigrantes.
Estos “legados invisibles” nos deben importar, porque la diversidad genética es fundamental para la persistencia de poblaciones a largo plazo, su capacidad evolutiva, y su resistencia a amenazas agudas como nuevas enfermedades. Entonces, si queremos anticipar las repercusiones del cambio climático en general, y la desglaciación, específicamente para la vida silvestre, debemos entender cómo estos cambios impactan a su genética. Utilizando tres especies de anuros de la Cordillera del Vilcanota (Pleurodema marmoratum, Telmatobius marmoratus, y Rhinella spinulosa), vamos a examinar la historia demográfica de su distribución en sus rangos de elevación. También, aprenderemos como el cambio climático afecto su dispersión en la Cordillera del Vilcanota, y probaremos como estos impactos al cambio climático están interactuando con su susceptibilidad a la enfermedad pandémica conocida como la quitridiomicosis. Además, el presente estudio nos puede enseñar a manejar y conservar los anfibios de la Cordillera del Vilcanota de una mejor manera. Sin embargo la meta principal de estos estudios es la de obtener lecciones generales sobre la respuesta de poblaciones silvestres de anfibios frente al cambio climático.